martes, 6 de enero de 2009

Emociones fuera de control

Muchas personas cada año consultan al psicólogo por que tienen un problema para expresar de manera adecuada su enojo. La ira, no constituye un trastorno psicológico en si (aunque si esta acompañado de otros síntomas podríamos estar en presencia de algún trastorno de personalidad u otros trastornos).
Las personas que consultan por este problema lo hacen por que les está trayendo algún tipo de malestar a ellos o a otras personas, y por que les impide alcanzar determinados objetivos. Una de las aplicaciones de la terapia cognitiva es justamente el desarrollo personal. Es apropiado entonces, realizar una terapia para tratar de modificar algún aspecto de uno mismo, como por ejemplo la tendencia a enojarse en exceso o por cualquier cosa.

¿Para que nos enojamos?
El enojo, como todas las emociones tiene una utilidad, y por lo tanto no es deseable eliminarlo, sino que es importante expresarlo de manera adecuada. Generalmente se presenta cuando percibimos que se está cometiendo una injusticia, nuestro cuerpo se prepara para confrontar. Nuestro rostro le muestra a la otra persona que nos encontramos molestos y que estamos dispuestos a enfrentarlo. De la misma manera nuestra voz sufre transformaciones que le comunican a la otra persona que estamos enojados. La sangre se dirige a nuestros músculos y se nos agita un poco la respiración. Esto es un estado fisiológico conveniente para pelearse mediante violencia física, pero que en nuestra sociedad no es muy conveniente.
Como vemos cuando nos enojamos, le comunicamos a la otra persona con nuestro lenguaje corporal, que estamos molestos con ella, y el enojo hace que no sintamos miedo frente a la amenaza que representa la otra persona, lo cual nos da la energía para enfrentarlo.

¿Por que puede ser un problema?
Una persona que nunca se enoja, deja que se aprovechen de el, no defiende su posición. Por otro lado la persona que se enoja en exceso, puede lastimarse o lastimar a otros involucrándose en peleas violentas. Sus vínculos se deterioran, por que sus amigos y familiares evitan el contacto con el o ella, y hasta puede tener problemas físicos como contracturas, úlceras o problemas cardiovasculares.
Todo es cuestión de grado, tanto el exceso como el déficit pueden constituir un problema.

Mitos sobre la ira
El psicólogo cognitivo Albert Ellis elaboró una lista de los mitos falsos a cerca de cómo solucionar el problema de la ira. Algunos de ellos son:
· Expresar libremente la ira reduce el enojo. Es difícil pensar que alguien vaya a mejorar su problema de ira si el tratamiento es gritarle a todo el mundo.
· Es conveniente evitar las situaciones que nos enfurecen. Si hiciéramos esto, entonces difícilmente podamos controlar la ira y nos volveríamos personas temerosas de nuestra propia reacción.
· Para resolver nuestro problema de ira necesitamos largos años de terapia hablando de nuestra infancia. Es posible que gran parte de nuestra conducta se deba a como fuimos tratados a lo largo de nuestra vida, pero no es verdad que podamos arreglarlo simplemente hablando de lo que nos pasó entre los 3 meses y los cinco años. Debemos hacer algo hoy!
· Los otros nos producen enojo. No es la situación en si misma la que nos hace enojar, sino el significado que nosotros le atribuimos.

Que se puede hacer para controlar nuestra ira.
Podemos atacar el enojo por dos flancos. En primer lugar existen técnicas de relajación que ayudan a combatir la emoción en si. No se puede estar enojado y relajado al mismo tiempo, por lo que si cuando nos sentimos furiosos practicamos la relajación, posiblemente nuestro nivel de enojo se reduzca y podamos discutir mas tranquilos el problema.
La segunda estrategia es atacar el pensamiento. El enojo habitualmente va acompañado de un pensamiento a cerca de la situación.
Cuando el enojo es excesivo vemos que la persona reacciona de una manera desmedida ante una determinada situación. En estos casos la persona está teniendo pensamientos irracionales que distorsionan la percepción de lo que está realmente pasando, osea que sus pensamientos le hacen creer que la situación es mas injusta de lo que realmente es. Reconocer y discutir esos pensamientos es una forma de empezar a controlar las reacciones propias.

Un ejemplo de tres formas de expresar el enojo.
Para finalizar propongo un ejemplo que nos permite ilustrar lo que hasta aca comentamos. Guido, Cristian y Eduardo trabajan en el comercio del señor Vargas, quien les ha dicho que este año no podrán tomarse vacaciones ya que los necesita en el negocio.
Guido es un tipo muy simpático que suele caerle bien a todo el mundo, pero que a veces hace demasiados favores y le cuesta defender lo suyo. Sin embargo se sintió molesto por la decisión de Vargas y decidió hablar con él. Dijo usando su habitual tono amable: “disculpe señor Vargas que lo moleste, pero realmente sería importante para mi que si a usted no le molesta, me deje tomar una semanita de vacaciones, pero yo entiendo su situación así que sino, no hay problema”.
Cristian ya tenía todo arreglado para irse de vacaciones con su esposa, había comprado los pasajes y reservado el hotel, por lo que consideraba que era totalmente injusta la decisión de Vargas y también decidió hablar con el. Golpeó enfáticamente la puerta del despacho de Vargas y cuando este le abrió lo miro directamente a los ojos y le dijo con voz firme: “Sr. Vargas, usted sabe muy bien, que todo trabajador tiene derecho a tomarse vacaciones una vez al año, mis compañeros y yo ya habíamos arreglado los turnos en los cual nos íbamos a tomar las vacaciones y yo ya he comprado mis pasajes, así que le comunico que a partir del 1 de enero y hasta el 15 no va a poder contar conmigo en el negocio”
Eduardo es un tipo temperamental, es muy eficiente en su trabajo, pero cuando se enoja, se enoja. Cuando el señor Vargas le comunicó su decisión, se quedó pensando un buen rato sobre el asunto. Estos fueron sus pensamientos:
“Vargas se está comportando mal conmigo, yo hago un gran esfuerzo acá que nadie reconoce. El tipo siempre abusa de nosotros, especialmente de mi, debe tener algo conmigo. El año pasado me hizo trabajar para navidad y año nuevo, y este año seguro que hace lo mismo, es por que nos quiere a todos dominados, quiere humillarnos, pero este hijo de puta no se va a salir con la suya, ya va a ver...”
Al día siguiente llegó al negocio con un bidón de nafta y una caja de fósforos.
El presente ejemplo muestra de manera caricaturesca tres formas distintas de expresar enojo. ¿Cual te parece que es adecuada? ¿Cuáles te parecen que fueron las consecuencias en cada caso?

Para consultas sobre este y otros temas en psicoterapia:envíe un mail a psicoconsultas@gmail.com o comuníquese al
15 6362 6128 (Buenos Aires - Argentina)

Lic. Martín Puddington


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